PROYECTO EDUCATIVO
Si como familia nos planteamos la elección de un
centro educativo uno de los elementos que en gran medida debemos tener en
cuenta son sus valores. Y es que estos son los que fundamentalmente influyen en
el educando, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de horas que el alumno
pasa allí.
Dentro de esta reflexión y análisis propuesta en clase
he optado por el instituto donde estudie durante parte de mi vida en formación,
el IES Delicias, ubicado en el barrio con el mismo nombre. Un centro público
que principalmente se nutre de jóvenes de la zona, pero que, sobre todo en
bachillerato, también cuenta con alumnos de otras zonas de Valladolid.
Principalmente por su oferta en arte, que se reparte con la Escuela de Arte en
el centro de la ciudad.
Pasando al proyecto educativo del centro, en él se nos
habla de la importancia de desarrollar la iniciativa, la creatividad, la
convivencia en grupo y de asomarse a la compleja problemática del mundo actual.
También se nos habla de fomentar la apertura de los alumnos a la sociedad y a
la cultura de nuestro tiempo, algo que resulta fundamental, sobre todo si
tenemos en cuenta la diferencia generacional que podemos encontrarnos en un
aula entre el docente y sus alumnos.
Específicamente en el plano de los valores, en el
proyecto educativo del centro proponen potenciar aquellos relacionados con la
socialización, la participación, la cooperación, la integración, el respeto de
las opiniones de los demás y la asunción de las responsabilidades. En este
apartado se puede ver buena parte del espíritu del centro, al exponernos un
ideal de cooperación y de entendimiento, y al mismo tiempo dando la madurez al
alumnado de ser consecuente con sus actos.
Por supuesto se nos habla de que desde el centro se
debe contribuir a la consecución de competencias básicas en la etapa de la
Secundaria Obligatoria, completando la formación y el desarrollo de ellas en
las diferentes materias. Al mismo tiempo otorgan un gran peso a la
responsabilidad del profesorado, tratando de favorecen la formación continua
del profesorado y su contribución al desarrollo de la pedagogía didáctica en el
aula.
Estos objetivos, valores y normas parecen tener una
enorme coherencia entre sí. La responsabilidad que asignan a cada agente es
proporcional, y las ambiciones que se pretenden no parecen en ningún momento
utópicas. En todo caso cuentan con un carácter potenciador y con una enorme
intención de adaptarse a la actualidad del mundo que le rodea.
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